STEAM

Kristen bila!

Siempre hemos basado nuestra acción educativa en consecuencia a lo que nuestra sociedad demanda: una enseñanza inclusiva de calidad, contribuyendo plenamente en el desarrollo de un alumnado plurilingüe y con sus competencias plenamente desarrolladas en todos los aspectos, de forma que puedan afrontar con garantías de éxito su itinerario formativo y su posterior incorporación al mundo laboral como personas proactivas y eficientes.

 

 

 

Sin olvidar nunca los valores Franciscanos que nos caracterizan y que transmitimos a nuestro alumnado. Estos valores incluyen el respeto y el cuidado de la naturaleza entiendo que todos somos miembros de una misma familia y que el planeta tierra es nuestro hogar. San Francisco nos enseñó que el bienestar del ser humano está integrado en el bienestar de todas las cosas, el medio ambiente. Para él, era vital entender la relación entre la humanidad y la naturaleza. La ciencia y la tecnología deben perseguir el mismo objetivo, poner al servicio del bien común sus conocimientos.

Si juntamos estos dos aspectos de nuestro proyecto educativo y miramos a la sociedad en la cual vivimos y en la cual nuestro alumnado se deberá integrar se nos ocurrió que sería interesante plantear un proyecto STEAM en el centro. Los proyectos de este tipo involucran distintas áreas de estudio: ciencias (science), tecnología (technology), ingeniería (engineering) y matemáticas (maths).

Los proyectos STEAM nos permiten nos permiten despertar el interés de nuestro alumnado, planteándole un problema de la vida real y que sea el propio alumnado quien, en la búsqueda de soluciones a este problema, encuentre los conocimientos referentes a distintas disciplinas.

Mediante este tipo de proyectos se desarrollan las inteligencias múltiples y se fomenta la inclusión educativa del alumnado. Pero no solo nos quedamos con lo puramente disciplinar, si no que para que el proyecto llegue a buen puerto es muy importante que el alumnado se comunique de manera asertiva, debata y contrate sus ideas con argumentos.

 

Con este objetivo presente nos decidimos por comenzar el proyecto STEAM: KRISTALEN BILA! donde el alumnado de la ESO participa en el concurso de cristalización de la UPV/EHU. Para este proyecto el alumnado debe crear sus propios cristales y exponer de una manera divertida y concienciadora la importancia de estos en la naturaleza y en nuestra sociedad. Llevar a cabo este proyecto ha sido algo emocionante y todos hemos aprendido mucho, tanto para el profesorado como para los estudiantes. Este proyecto ha dispuesto de distintas fases.

En la primera fase el alumnado investigó sobre qué son los cristales y su creación en la naturaleza: proceso, condiciones adecuadas para ello… para así poder recrear las mismas condiciones en el laboratorio. Fue interesante descubrir la importancia de los cristales en la naturaleza y como preservarlos es vital para el medio ambiente. Por no hablar de las aplicaciones que tienen en distintos ámbitos tecnológicos.

La segunda parte del proyecto fue la que más gustó e ilusiono al alumnado, ir al laboratorio a crear sus propios cristales. El laboratorio siempre tiene esa aura de innovación, descubrimiento y porqué no, de magia que a todos nos cautiva. No importa si es la primera vez que vamos o si llevamos toda una vida pisándolo, siempre nos hace especial ilusión ponernos esa bata blanca y entrar.

 

Y con esa ilusión característica entraron nuestros alumnos y alumnas al laboratorio, para muchos su primera vez, otros con un poco más de experiencia. Se pusieron manos a la obra realizando los cálculos para tener la concentración de sales adecuada para que sus cristales se formaran y crecieran.

Pocas veces se ve al alumnado tan motivado e interesado en realizar un cálculo matemático que en el aula sería tedioso. Esto pasa porque lo que hacemos por algo en lo que estamos involucrados e ilusionados, en este caso la formación de nuestros cristales, siempre es más gratificante y le dedicamos lo mejor de nosotros.

Una vez realizados los cálculos tocaba remangarse y ponerse manos a la obra. Medir, pesar, calentar, mezclar… El alumnado trabajó con toda la seriedad y precisión que exige la ciencia y el laboratorio, pero sin olvidar el mimo y el cariño. No podemos olvidar que para ellos esos cristales eran como sus hijos, algo que habían creado ellos y que habían invertido su tiempo y esfuerzo, y esa satisfacción es algo que no se puede sustituir por nada en el mundo. Aquello que conseguimos con esfuerzo y con nuestros propios medios es algo que supera en valor a cualquier cosa.

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Solo llegando al corazón hacemos verdadera educación

Carolina Baron

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