Un cartel, un eslogan y un valor
CARTEL: “NOS PONEMOS EN CAMINO”
- Un reto individual y un proyecto compartido por toda nuestra comunidad
- Necesidad de que nadie quede al margen.
- Acción, decisión y compromiso para que cada persona con su ritmo, sus fortalezas y debilidades aporte al bien común.
Nos ponemos…
Todas las personas que formamos parte de la comunidad educativa formamos parte del proyecto que se inició hace muchos años y ha llegado a nosotros a través de las Hermanas Franciscanas. Estemos donde estemos y sea cual sea nuestra función: en los colegios, en nuestras casas, con nuestras familias y amistades, siempre hay un primer paso para cada cosa que nos propongamos y siempre vamos a ir acompañados.
Nadie se puede quedar al margen. La importancia de respetar los ritmos de cada uno a lo largo del camino, de ser conscientes de las propias fuerzas y saber que unas veces tocará ayudar y otras pedir ayuda, pero que vamos juntos.
Nos ponemos implica acción, decisión, confianza en lo que se va a hacer. Nos habla de un nuevo comienzo, pero con la sabiduría y experiencia de lo que ya hemos recorrido.
En camino, todo aquello que tenemos delante, los retos, los propósitos, los sueños e ilusiones que solo se alcanzan si damos el primer paso, y tras el primero van llegando los demás, unas veces con un ritmo más ágil, otras más lento, dependiendo de las fuerzas, de las cargas, de los baches, atascos y puentes que nos podamos ir encontrando.
VALOR: EL ESFUERZO
“La satisfacción radica en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo es la victoria” GANDHI
Somos conscientes de que vivimos en la sociedad de las prisas, de la inmediatez, del “todo para ya”, y de la queja si lo que se tenía en mente no se hace como estaba previsto. Podemos decir también que se pretende ver resultados inmediatos que, por supuesto, lo que se hace salga a la primera y si es posible, sin mucho esfuerzo. Si no es así, aparece la frustración y la desmotivación.
Pero también podemos poner la mirada en que tenemos una amplia experiencia de lo que es el esfuerzo y somos conscientes de que nada que realmente es importante y vital se consigue sin ello. Cualquier reto conseguido nos llena más cuanto más ha costado. Todos hemos sido testigos de la cara de satisfacción y alegría máxima de las personas cuando, tras intentarlo muchas veces, consigue descifrar un problema, entiende algo que se le había “atascado”.
El valor del esfuerzo está unido al cuidado de las personas, por lo que el esfuerzo sin la compañía del respeto, la paciencia y la empatía puede terminar en el fracaso de cualquier reto que tengamos tanto en lo académico como en lo personal y en nuestras relaciones.
Tener respeto por los tiempos del otro, por sus diferencias, por sus singularidades y ponernos en su situación es vital para que el esfuerzo que el otro pone en lo que está intentando sea enriquecedor y fuente de aprendizaje y no causa de angustia y pérdida de autoestima. La ternura, los gestos, el buen trato y las palabras de ánimo y reconocimiento serán posibilitadores del crecimiento integral de uno mismo y de los demás.
Tenemos un gran reto por delante, sin esfuerzo es difícil llevar a cabo cualquier acción que nos propongamos por eso, si queremos llegar a cualquier meta, a cualquier proyecto, hay que ponerse a caminar. No vale tener esperanza en que algo sucederá. Sucederá si con esfuerzo hacemos que ocurra.